domingo, 30 de agosto de 2009

lunes, 3 de agosto de 2009

domingo, 31 de mayo de 2009

EGO SUM

Muestra del colectivo cartaginés 8MOGO, en la Galería Roberto Sasso Sasso de VERITAS

Por Luis Fernando Quirós para Modular: Observatorio del Diseño

Indagar sobre sí mismos

Asumir la investigación autoreferencial es un paso de madurez en el camino o proceso emprendido por todo artista contemporáneo; es muy importante dar dicho paso para reconocerse ante el universo de lenguajes de la Babel actual, de cuya torre fluyen expresiones de intensa diversidad. Si esa ojeada sobre sí mismos la engatilla un colectivo como el de 8Mogo, es muy válida, en tanto desde hace varios años que se siente su existencia de grupo con sus reverberaciones cuestionantes y, quisquillosas respuestas sobre su identidad de grupo.

En una Babel de polifacéticas maneras de buscar la identidad en arte, una pintura puede que se transformara en objeto-pintura, o que su soporte sea una fotografía, o un objeto vil y común como un inodoro, un radiador de auto, una jeringa cargada de flujos sanguíneos que apunta hacia el espectador para inyectarle incertidumbre; eso es muy válido como la pintura sobre tela de todos los tiempos. Desde las tan comentadas experiencias de Marcel Duchamp en el temprano Siglo XX, el objeto subió a un pedestal para disertar con otra jerga desafiante dentro de las aguas de nuestra interpretación.

“Taller 8Mogo”

Es una casa/taller donde se imprime al espacio y a la experiencia artística el concepto de “abierto”, en el sentido amplio de la palabra: abierto a la incertidumbre, a las paradojas del arte de hoy que suele ser boomerang, que si no se sabe sujetar en su retorno, nos golpearán.

Al taller se va a buscar problemas en el sentido amplio del término, por lo tanto también hay encuentro y se gesta un producto; si no existieran problemas en el arte la creación sería simplemente complaciente y carente de valor. Porque también existe en el mundo demasiada pintura y escultura complacientes, que no dicen nada, no aportan nada porque no investigan, no crean ni mucho menos innovan pues no conocen el camino; dichos artistas no son caminantes ni exploran el proceso cuyo sinónimos es el taller.

Las piezas de Carlos Mata hacen referencia a la carga de memoria que puede portar un material y por su disposición en la sala atavían al espacio de una “galera de significados” como si estuviéramos leyendo uno de aquellos libros incunables de la época pre-gutembergiana. La pintura de Siddartha Mejía contrapone el alternativo juego de sus cuadros con pintura spray que realiza en centros comerciales y espacios públicos, y resume en ese espacio blanco y vacío una poesía muy interior: ojeada hacia sus adentros, a su propio “Ego Sum” dentro del colectivo de 8mogo. Lo expuesto por Felipe Martínez, es inquietante, por esa piel verde que va recubriendo objetos, edificios, personajes, hasta la sombra misma se enmaraña de ramajes para engullirnos a nosotros mismos los espectadores. Ronald Mejía interpreta su ensimismamiento en clave objetual, de naturaleza incisiva, cuando engatilla la certera estocada a nuestra sensibilidad con sus “armas” punzantes. La obra de Nelson Díaz se vuelve hacia la paradoja, hacia el camuflaje, hacia el doblaje y el reflex que le permite la fotografía digital; de esos escenarios construídos emerge la garra de la intepretación para sujetarnos y consumirnos en la poesía de su exquisito ensayo.

El fruto que se produce en aquella Babel del 8mogo cartaginés, no deja de cargar el espíritu del laberinto, del “sube y baja” donde al andarlo se van destapando esos trajes con que el grupo se presenta al público y al mundo del arte: la incertidumbre, el eje cuestionante de lo que no se sabe pero que se debe asumir. Hay que decir que estamos en otros tiempos, y si lo incierto se desvaneciera o no existiera, la vida carecería de interés, sería vana y vaga ilusión.


Exposición del Taller 8mogo

Arte cartaginés se deja ver en la Universidad Véritas

Muestra exhibe 12 obras de cinco artistas que trabajan en un taller abierto

Exposición reúne técnicas como pintura, instalación, foto y ensamble

Andrea Solano B. | ansolano@nacion.com




http://www.nacion.com

TAMAÑO

Una casa de cuatro pisos ubicada en el Alto de Ochomogo en Cartago es el “cuartel de operaciones” de cinco artistas cartagineses que decidieron compartir con un público amplio los resultados de sus experimentos creativos.

La exposición “Ego sum” se exhibe en la galería Roberto Sasso de la Universidad Véritas en Zapote y reúne l2 propuestas contemporáneas de los artistas cartagineses Felipe Martínez, Siddharta Mejía, Nelson Díaz, Carlos Mata y Ronald Mejía.

A partir de lenguajes diversos como pintura, instalación, fotografía y ensambles, los integrantes del Taller 8mogo exploran el arte por un camino alternativo y nada complaciente.

Según explicó el arquitecto Carlos Mata, el Taller funciona desde hace siete años bajo la modalidad de puertas abiertas.

“Es un espacio de búsqueda, encuentro, desarrollo y simbiosis de ideas y propuestas artísticas que da cabida a cualquier disciplina creativa”, dijo el artista.

Juntos, pero no revueltos. A pesar de la diversidad, cada uno de los integrantes del Taller 8mogo mantiene su propia identidad artística, tal como se puede apreciar en la exposición.

Carlos Mata exhibe dos obras. La instalación Filogénesis –realidada a partir de aluminio, vidrio y residuos de madera– y la pintura Paisaje urbano , un acrílico sobre lienzo.

La primera trata de documentar el proceso de creación de sus pinturas. pues los trozos de madera resguardados por el vidrio atesoran las huellas de varias obras realizadas anteriormente, como si fuera una vitrina de recuerdos pictóricos. Paisaje urbano es una obra abstracta protagonizada por el color rojo, que juega con la dualidad entre la cercanía y la lejanía dentro de cualquier territorio.

Ronald Mejía, por su parte, toma objetos como radiadores, llaveros, jeringas y tubos para reorganizarlos en sus ensambles y dejar al espectador que haga su propia interpretación de la obra.

En sus fotografías, Nelson Díaz coloca a los seres humanos en espacios íntimos como un baño, intervenidos con elementos orgánicos: hojas, flores, zacate y lodo.

El pintor Felipe Martínez contrapone en sus obras dos escenarios antagónicos de las sociedades contemporáneas: la selva natural y la jungla de concreto.

La obra Güer presenta una gran ciudad con sus moles de cemento invadidas por una maraña verde que escala sus paredes y las va cubriendo. Los contrastes de color y la distribución de los elementos plantean una ambigüedad respecto a esa invasión del espacio: ¿el bosque invade la ciudad o viceversa?

Siddharta Mejía explora la técnica de la aerografía, muy popularizada por artistas que realizan sus obras en las calles o en centros comerciales. Sin embargo, Mejía ofrece un enfoque más abstracto e intuitivo en sus obras.

miércoles, 13 de mayo de 2009













Título de la obra:
¿La vida es cómo te la tomas?
Coca Cola Light
Dimensiones 50 x 70 x 20 cm.
Instalación/Elementos: 10 botellas de cocacola convertidas en lámparas de Luz halógena con-sumidas en un contenedor cristal .
Fundamento Teórico/conceptual de la Obra:
La obra de arte como tal pretende disertar acerca del “verdadero” sentido de las cosas, el tema de la Luz,
muy utilizada en el arte, la arquitectura y la vida como tal durante toda la historia de la humanidad y de
como esta, en su entendimiento y lectura, ha sido totalmente desvirtuada y mal utilizada por la sociedades
de consumo masivo.
Es así como apelo a usar una marca/icono como la Coca Cola para disertar con mi propuesta sobre este
hecho, que es por todos conocido.
Es simple hablar sobre el estado actual de nuestra sociedad en donde los productos dietéticos (Light) y
algunos no tan dietéticos habitan en temporalidades muy cortas, (desde que son dispuestos hasta que son
adquiridos) las grandes catedrales de consumo de la sociedad contemporánea, los grandes súper mercados.
La idea es apelar al valor de la imagen/las palabras /las cosas, (parafraseando a Foucault) en su hecho
esencial y yuxtapuesto a lectura significante de la misma desde la perspectiva de nuestra cultura
contemporánea, lo dietético, lo liviano, lo luminoso, lo Light, como algo que asegura y garantiza un aspecto
eminentemente fisiológico, de estar sano y jovial y con ello ser aceptado socialmente.
Es cuestionarse el sentido “real” de la existencia y de cómo nos “tomamos” la vida, como existencia y
manifestación, de un hecho muchísimo mas misterioso complejo y trascendente, dialogando también acerca
de los valores simbólicos y metafísicos de la Luz como tal, como asumimos o no estas cosas desde la
individualidad y la colectividad.